
La escuela ofrece clases en tres disciplinas: Ballet, Jazz y Acondicionamiento, para alumnas a partir de los 3 años y medio de edad de lunes a viernes de 5 a 9 PM y sábados de 9 AM a 1 M. El horario dependerá de la edad y/o nivel al que desee ingresar la aspirante. En la sección Horarios, encontrará mayor información relacionada con este punto.
Los beneficios de bailar desde pequeños son innumerables, entre ellos podemos contar:
- Mejorar la psicomotricidad
- Mejorar postura
- Adquirir elasticidad
- Expresar sentimientos
- Perder la timidez
- Adquirir disciplina
- Desarrollar la creatividad y la imaginación
- Potenciar la memoria
- Aprender a contar la música y moverse a su ritmo.
Ballet
Surgió en Italia, más concretamente en los festines que se hacían en las cortes italianas a finales del siglo XV. Estos festines se hacían en grandes salas que mezclaban banquetes y bailes. Al principio, los números de danza que se hacían tenían un contenido que buscaba ser alegórico y, normalmente, relacionado con la mitología.
Después, estos ballets cortesanos italianos fueron desarrollándose en Francia. Por ejemplo, el Ballet cómico de la reina es el primer ballet del que ha sobrevivido la partitura completa y fue estrenado en París en 1581. A raíz de éste se fue determinando el carácter de los futuros ballets cortesanos, que se consolidaron a lo largo del siglo XVII en las cortes europeas, en cuidados escenarios, con ambiciosas decoraciones y vestuarios.
La cumbre del ballet fue durante el reinado de Luis XIV, también conocido como el “Rey Sol”. De hecho, este apelativo le vino precisamente por el papel que ejecutó en un ballet. ¿Lo sabías? Durante este período fueron muy importantes el compositor Jean Baptiste Lully y el coreógrafo Pierre Beachamps, quien es considerado el autor de las cinco posiciones básicas de colocación. Además, en 1661, Luis XIV fundó la “Academia Real de la Danza”, de modo que desde entonces se convirtió el ballet en una disciplina profesional.
Al principio, en el ballet como en el teatro, sólo los hombres podían participar, y tenían que representar papeles tanto masculinos como femeninos. Sólo en 1681, a raíz del ballet llamado “El triunfo del amor”, aparecieron las primeras bailarinas. Y, poco a poco, la técnica de danza fue desarrollándose hasta ser más teatral: la ópera ballet, que abarcaba canto y danza en una serie de bailes unidos por un mismo tema.
Otro de los problemas tempranos del ballet fueron los trajes, zapatos, pelucas y demás. En el siglo XVIII, Marie Anne Camargo acortó las faldas y empezó a usar zapatillas sin tacón para exhibir los pasos y saltos; y María Sallé se deshizo de los corsés a favor de las túnicas griegas para el ballet de “Pigmalión”. Estos fueron cambios importantes para la técnica.
La corte parisina aportó mucho al ballet, pero se hizo siempre desde un rígido virtuosismo. En cambio, los coreógrafos que trabajaron fuera de París alcanzaron un mayor dinamismo, dramatizando por medio de la danza y el gesto más que por las palabras. De esta fase es representativo Jean Georges Noverre, puesto que para él los movimientos debían fluir naturales y armónicos, y fue algo que trasmitió después a sus alumnos.
Poco a poco se desarrolló la danza de puntas, pero no con firmeza hasta que no se inventaron las zapatillas de punta dura. Se inició el periodo del ballet romántico (“Las Sílfides”, “Giselle”…), con historias que no se limitaban exclusivamente a los seres de otro mundo, y en las que las mujeres eran la figura dominante.
Con el proceso expansivo europeo que vivió el ballet desde mediados de 1800 en adelante, la escuela bolera de Danza Académica Española hizo que los temas españoles se pusieran de moda en los repertorios de ballets. Marius Petipa cristalizó la esencia española y trabajó junto a Ivanov en una serie de ballets que se convirtieron en obras maestras. Aunque, poco a poco, en Europa perdió interés el ballet, en Rusia siguió siendo tradición y surgieron algunas de las obras más conocidos de la danza académica: “La bella durmiente” (1890), “El lago de los cisnes” y “Cascanueces”, las tres de la colaboración de Petipa con Liev Ivanov, sobre música de Tchaikovski.
Más adelante, con la aportación de S. Digghilev, los ballets rusos supusieron el inicio del ballet moderno, así como de la recuperación de la figura masculina del bailarín. Surgieron una serie de piezas exóticas, que incorporaron la temática oriental: “El pájaro de fuego” (1910), “Sheherazade” (1910) y “Petruska” (1911). Digghilev llevó más lejos el arte y contrató, además de compositores y coreógrafos, a toda una serie de artistas, poetas, pintores y compositores del oeste de Europa para sus expresivas obras.
Su compañía contribuyó mucho al florecimiento del ballet en Europa y América, inspirando la fundación de otras compañías en América, Francia y Reino Unido. Durante la primera mitad del siglo XX se desarrollaron varias ramas: la danza moderna (Martha Graham, Doris Humphrey y Mary Wigman), el ballet sinfónico (Massine), el ballet abstracto (Balanchine, Jewels). Los años 50 fueron cuando se lanzó a la fama las compañías rusas como la del teatro Bolshói y el teatro Kírov. La influencia de Rusia en la danza clásica ha sido importantísima hasta hoy en día. Por último, si hablamos de España, hay que destacar la figura de Víctor Ullate, director del Ballet Nacional de España en 1979.
Para terminar, en la actualidad, el mundo del ballet ofrece una gran variedad de estilos e influencias, a menudo mezclados hacia un arte ecléctico de la danza. No obstante, aunque coexisten ballets modernos y pertenecientes al repertorio clásico, se puede decir que la danza contemporánea es la que actualmente está ganando terreno.
Fuente: Blog Isance
Jazz
La danza jazz es una expresión genérica que cubre tanto las danzas de sociedad como las danzas teatrales.
El término aparece en 1917 para designar una música sincopada, derivada de la cultura negra americana, para luego emplearse libremente para describir las danzas practicadas con esta rítmica. A partir de aquí, la palabra evoluciona hacia los espectáculos y actuaciones publicas para referirse a formas de danzas propias de los cabarets, los teatros, el cine, la televisión o los vídeo-clips.
La filosofía del jazz que ha influenciado a las grandes danzas vernáculas negras americanas fue reanudada por la comunidad blanca que la difundió por todo el mundo, cerca del "Cake walk", del "Charleston", del "Lindy hop" para llegar al "Rock", al "Funk", al "Breakdance" y a los otros estilos de danza de "Hip hop" actuales.
Vinculada al "claqué" de los años veinte de Broadway, la danza jazz ha alcanzado el mundo entero y declina en el "shimmy", el "Charlestón", el "black bottom" y todas las formas resultantes de las revistas de espectáculos de teatro de Harlem.
A partir de los años cuarenta, los grandes coreógrafos modernos integran la danza jazz en los musicales y le confieren una función narrativa. Artistas como Jack Cole, Bob Fosse, y Jerome Robbins le dan sus letras de nobleza. La improvisación espontánea da lugar a la ocupación del espacio y a la expresividad musical.
Lo que conduce al siguiente antagonismo entre el jazz como libertad del cuerpo, improvisación, concepción estricta negro afro americana de filosofía del jazz en oposición al jazz como danza teatral y escénica actual (que no es más que una improvisación).
Esta paradoja se explica por el hecho de que el jazz nació del encuentro de dos culturas; la cultura afro americano y la cultura europea.
Estas culturas se encontraron en un determinado momento de la historia lo que explica porqué se tienen varias tendencias en el desarrollo del jazz:
La tendencia afro americano; Kathérine DUNHAM, Pearl PRIMUS.
La tendencia escénica; Minstrel shows, Broadway, sector comercial.
La tendencia teatral; las compañías de danza (concert-work).
En los años cincuenta aparece la palabra "Modern Jazz", expresión nacida en Nueva York, en los estudios de Matt Mattox y con otros coreógrafos que trabajan sobre la energía, los ritmos sincopados, los paros, los silencios, la dinámica y la sorpresa, favoreciendo al mismo tiempo la expresión individual y el "Feeling".
Pasarela entre el vocabulario clásico y contemporáneo, la danza jazz combina armoniosamente los ritmos, los estilos y las técnicas conocidas como inconciliables, y recurre tanto a la técnica más exigente como a la autenticidad de los sentimientos.
Los beneficios de bailar desde pequeños son innumerables, entre ellos podemos contar:
- Mejorar la psicomotricidad
- Mejorar postura
- Adquirir elasticidad
- Expresar sentimientos
- Perder la timidez
- Adquirir disciplina
- Desarrollar la creatividad y la imaginación
- Potenciar la memoria
- Aprender a contar la música y moverse a su ritmo.
Ballet
Surgió en Italia, más concretamente en los festines que se hacían en las cortes italianas a finales del siglo XV. Estos festines se hacían en grandes salas que mezclaban banquetes y bailes. Al principio, los números de danza que se hacían tenían un contenido que buscaba ser alegórico y, normalmente, relacionado con la mitología.
Después, estos ballets cortesanos italianos fueron desarrollándose en Francia. Por ejemplo, el Ballet cómico de la reina es el primer ballet del que ha sobrevivido la partitura completa y fue estrenado en París en 1581. A raíz de éste se fue determinando el carácter de los futuros ballets cortesanos, que se consolidaron a lo largo del siglo XVII en las cortes europeas, en cuidados escenarios, con ambiciosas decoraciones y vestuarios.
La cumbre del ballet fue durante el reinado de Luis XIV, también conocido como el “Rey Sol”. De hecho, este apelativo le vino precisamente por el papel que ejecutó en un ballet. ¿Lo sabías? Durante este período fueron muy importantes el compositor Jean Baptiste Lully y el coreógrafo Pierre Beachamps, quien es considerado el autor de las cinco posiciones básicas de colocación. Además, en 1661, Luis XIV fundó la “Academia Real de la Danza”, de modo que desde entonces se convirtió el ballet en una disciplina profesional.
Al principio, en el ballet como en el teatro, sólo los hombres podían participar, y tenían que representar papeles tanto masculinos como femeninos. Sólo en 1681, a raíz del ballet llamado “El triunfo del amor”, aparecieron las primeras bailarinas. Y, poco a poco, la técnica de danza fue desarrollándose hasta ser más teatral: la ópera ballet, que abarcaba canto y danza en una serie de bailes unidos por un mismo tema.
Otro de los problemas tempranos del ballet fueron los trajes, zapatos, pelucas y demás. En el siglo XVIII, Marie Anne Camargo acortó las faldas y empezó a usar zapatillas sin tacón para exhibir los pasos y saltos; y María Sallé se deshizo de los corsés a favor de las túnicas griegas para el ballet de “Pigmalión”. Estos fueron cambios importantes para la técnica.
La corte parisina aportó mucho al ballet, pero se hizo siempre desde un rígido virtuosismo. En cambio, los coreógrafos que trabajaron fuera de París alcanzaron un mayor dinamismo, dramatizando por medio de la danza y el gesto más que por las palabras. De esta fase es representativo Jean Georges Noverre, puesto que para él los movimientos debían fluir naturales y armónicos, y fue algo que trasmitió después a sus alumnos.
Poco a poco se desarrolló la danza de puntas, pero no con firmeza hasta que no se inventaron las zapatillas de punta dura. Se inició el periodo del ballet romántico (“Las Sílfides”, “Giselle”…), con historias que no se limitaban exclusivamente a los seres de otro mundo, y en las que las mujeres eran la figura dominante.
Con el proceso expansivo europeo que vivió el ballet desde mediados de 1800 en adelante, la escuela bolera de Danza Académica Española hizo que los temas españoles se pusieran de moda en los repertorios de ballets. Marius Petipa cristalizó la esencia española y trabajó junto a Ivanov en una serie de ballets que se convirtieron en obras maestras. Aunque, poco a poco, en Europa perdió interés el ballet, en Rusia siguió siendo tradición y surgieron algunas de las obras más conocidos de la danza académica: “La bella durmiente” (1890), “El lago de los cisnes” y “Cascanueces”, las tres de la colaboración de Petipa con Liev Ivanov, sobre música de Tchaikovski.
Más adelante, con la aportación de S. Digghilev, los ballets rusos supusieron el inicio del ballet moderno, así como de la recuperación de la figura masculina del bailarín. Surgieron una serie de piezas exóticas, que incorporaron la temática oriental: “El pájaro de fuego” (1910), “Sheherazade” (1910) y “Petruska” (1911). Digghilev llevó más lejos el arte y contrató, además de compositores y coreógrafos, a toda una serie de artistas, poetas, pintores y compositores del oeste de Europa para sus expresivas obras.
Su compañía contribuyó mucho al florecimiento del ballet en Europa y América, inspirando la fundación de otras compañías en América, Francia y Reino Unido. Durante la primera mitad del siglo XX se desarrollaron varias ramas: la danza moderna (Martha Graham, Doris Humphrey y Mary Wigman), el ballet sinfónico (Massine), el ballet abstracto (Balanchine, Jewels). Los años 50 fueron cuando se lanzó a la fama las compañías rusas como la del teatro Bolshói y el teatro Kírov. La influencia de Rusia en la danza clásica ha sido importantísima hasta hoy en día. Por último, si hablamos de España, hay que destacar la figura de Víctor Ullate, director del Ballet Nacional de España en 1979.
Para terminar, en la actualidad, el mundo del ballet ofrece una gran variedad de estilos e influencias, a menudo mezclados hacia un arte ecléctico de la danza. No obstante, aunque coexisten ballets modernos y pertenecientes al repertorio clásico, se puede decir que la danza contemporánea es la que actualmente está ganando terreno.
Fuente: Blog Isance
Jazz
La danza jazz es una expresión genérica que cubre tanto las danzas de sociedad como las danzas teatrales.
El término aparece en 1917 para designar una música sincopada, derivada de la cultura negra americana, para luego emplearse libremente para describir las danzas practicadas con esta rítmica. A partir de aquí, la palabra evoluciona hacia los espectáculos y actuaciones publicas para referirse a formas de danzas propias de los cabarets, los teatros, el cine, la televisión o los vídeo-clips.
La filosofía del jazz que ha influenciado a las grandes danzas vernáculas negras americanas fue reanudada por la comunidad blanca que la difundió por todo el mundo, cerca del "Cake walk", del "Charleston", del "Lindy hop" para llegar al "Rock", al "Funk", al "Breakdance" y a los otros estilos de danza de "Hip hop" actuales.
Vinculada al "claqué" de los años veinte de Broadway, la danza jazz ha alcanzado el mundo entero y declina en el "shimmy", el "Charlestón", el "black bottom" y todas las formas resultantes de las revistas de espectáculos de teatro de Harlem.
A partir de los años cuarenta, los grandes coreógrafos modernos integran la danza jazz en los musicales y le confieren una función narrativa. Artistas como Jack Cole, Bob Fosse, y Jerome Robbins le dan sus letras de nobleza. La improvisación espontánea da lugar a la ocupación del espacio y a la expresividad musical.
Lo que conduce al siguiente antagonismo entre el jazz como libertad del cuerpo, improvisación, concepción estricta negro afro americana de filosofía del jazz en oposición al jazz como danza teatral y escénica actual (que no es más que una improvisación).
Esta paradoja se explica por el hecho de que el jazz nació del encuentro de dos culturas; la cultura afro americano y la cultura europea.
Estas culturas se encontraron en un determinado momento de la historia lo que explica porqué se tienen varias tendencias en el desarrollo del jazz:
La tendencia afro americano; Kathérine DUNHAM, Pearl PRIMUS.
La tendencia escénica; Minstrel shows, Broadway, sector comercial.
La tendencia teatral; las compañías de danza (concert-work).
En los años cincuenta aparece la palabra "Modern Jazz", expresión nacida en Nueva York, en los estudios de Matt Mattox y con otros coreógrafos que trabajan sobre la energía, los ritmos sincopados, los paros, los silencios, la dinámica y la sorpresa, favoreciendo al mismo tiempo la expresión individual y el "Feeling".
Pasarela entre el vocabulario clásico y contemporáneo, la danza jazz combina armoniosamente los ritmos, los estilos y las técnicas conocidas como inconciliables, y recurre tanto a la técnica más exigente como a la autenticidad de los sentimientos.
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